Mucha gente odiará el Nuevo Orden Mundial y morirá protestando contra eso. (H.G. Wells 1939)

jueves, 6 de mayo de 2010

Víctimas de nuestro propio miedo

Del miedo que nos inoculan todos los días y a todas horas. El miedo a ese enemigo etéreo y omnipresente que puede atacarnos en cualquier lugar y en cualquier momento a todos, sin distinción y sin miramientos. Ése miedo es tal, que el grito de un desequilibrado mental basta para desatar el pánico en una multitud y provocar más de treinta heridos como ha ocurrido hoy en Holanda.

Todos los días los políticos, la prensa y la televisión se encargan de hablarnos de ello. No se cansan de repetirnos a todas horas, que el terrorismo es  el mayor enemigo de la Humanidad, al que venceremos algún día si dedicamos toda nuestra atención y nuestro esfuerzo, y aunque tengamos que perder por el camino, muchos de nuestros derechos y libertades más elementales. Sin embargo, no parece que vaya a acabarse, más bien se multiplica, al igual que nuestro miedo que va creciendo cada día, y al que sí que estamos olvidando o subestimando. Puede que sea éste y no aquél del que tanto nos hablan, nuestro mayor enemigo. Puede que sea éste y nuestra estupidez, el que acabe al final por destruirnos a todos. O puede que incluso haya empezado ya a hacerlo y aún no nos hallamos dado cuenta.

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