Mucha gente odiará el Nuevo Orden Mundial y morirá protestando contra eso. (H.G. Wells 1939)

jueves, 1 de abril de 2010

Cree el ladrón que todos son de su condición

"La libertad de expresión es un derecho humano señalado en el artículo 19º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. En muchos países ese derecho fundamental aunque está presente en sus legislaciones, no se aplica y en otros ni está contemplado."
 http://opinion.eluniversal.com/2010/03/30/opi_art_internet-y-la-libert_30A3662373.shtml

Así comienza este artículo de opinión en el periódico antichavista "El Universal" titulado: "Internet y la libertad de expresión" y nada más leer el primer párrafo y antes de entrar en detalle en él, ya se me ocurre una pregunta para el autor sobre algo que creo que de manera tendenciosa deja en el aire: ¿A que tipo de país cree él que pertenece el suyo?, ¿ a los que no aplican la Declaración de los Derechos Humanos  (incluida la libertad de expresión)  o a los que ni siquiera la contemplan?

  No, no hace falta que me conteste. Cualquier persona medianamente inteligente y suficientemente honesta podrá responder en seguida a esta pregunta, tan sólo con echar una ojeada por encima al periódico en el que escribe. Sirva como ejemplo este otro artículo, entre muchos otros ,titulado "¿De qué se puede hablar en Venezuela?", en el que este otro periodista, intentando denunciar la falta de libertad de expresión en Venezuela, queda pueril y ridículamente en evidencia al demostrar él mismo todo lo contrario, ya que no sólo habla cuanto quiere, sino que también insulta y ridiculiza a su gobierno y a sus gobernantes sin que nadie se lo impida en absoluto.

 http://opinion.eluniversal.com/2010/03/31/opi_art_de-que-se-puede-hab_1806395.shtml

Dejando esto aparte y volviendo al artículo del principio, debo decir que, aunque considero acertado en parte su razonamiento, no me he podido resistir a cambiarle algunas palabras, para hacerlo así más certero y con más contenido de lo que el propio autor, descuidada o intencionadamente  (más bien creo que lo segundo), ha decidido hacerlo.

En primer lugar y solamente cambiando la  palabra "Internet" del título por una de estas tres: Venezuela, mass media o televisión, ya  el artículo gana en profundidad y pienso que se acerca mucho más a la verdad de lo que el autor pretendía; pero si además le cambiamos ciertas palabras claves sobre todo en los dos párrafos siguientes, el escrito en sí adquiere un nuevo significado mucho más revelador e infinitamente más acorde con la realidad actual.

  Leamos el fragmento original:
"La libertad de expresión pura, absoluta y sin ningún tipo de control, tal como ocurre en Internet, a simple vista puede parecer perjudicial ya que existe la posibilidad de que cualquier tipo de contenidos sea subido a la red sin importar la veracidad o exactitud del mismo, lo que puede dar lugar a que se creen matrices de opinión falsas y sin fundamento alguno que podrían ser capaces, aparentemente sin mucho esfuerzo, de destruir la reputación o imagen de una persona o institución. Y en eso se excusan muchos gobiernos para buscar la manera de censurarla e incluso bloquearla.

Lo anterior podría parecer peligroso e incluso catastrófico, sólo que la propia soberanía e independencia de Internet permite que dichas matrices creadas con la intención de dañar, se vean anuladas en su efectividad ya que la llamada conciencia colectiva de la red se encarga de desmentirlas y contrastarlas con la realidad de una forma casi inmediata haciendo prácticamente imposible que un contenido falso o malintencionado haga eco en la población durante mucho tiempo."
Y ahora, el mismo con algunas palabras cambiadas (en negrita):

La libertad de expresión pura, absoluta y sin ningún tipo de control, tal como ocurre en Venezuela, a simple vista puede parecer perjudicial ya que existe la posibilidad de que cualquier tipo de contenidos sea  publicado o emitido sin importar la veracidad o exactitud del mismo, lo que puede dar lugar a que se creen matrices de opinión falsas y sin fundamento alguno que podrían ser capaces, aparentemente sin mucho esfuerzo, de destruir la reputación o imagen de una persona o institución. Y en eso se apoyan muchos gobiernos para buscar la manera de fomentarla e incluso enaltecerla. (cuando les conviene, claro)
Lo anterior podría parecer peligroso e incluso catastrófico, sólo que la propia soberanía e independencia de Venezuela permite que dichas matrices creadas con la intención de dañar, se vean anuladas en su efectividad ya que la llamada conciencia colectiva del pueblo  se encarga de desmentirlas y contrastarlas con la realidad de una forma casi inmediata haciendo prácticamente imposible que un contenido falso o malintencionado haga eco en la población durante mucho tiempo.
Como podemos ver, he aquí un claro ejemplo de manipulación de la opinión sin necesidad de mentir. El hábil truco es fácil, simplemente consiste en soslayar o esconder las verdades más evidentes.

El final del artículo tampoco tiene desperdicio. Termina haciendo un elogio de las redes sociales, considerándolas nada más y nada menos que "garantes de la libertad de pensamiento"...En fin, yo aquí sustituiría la palabra libertad por uniformidad.

Y por último, termina alabando la capacidad de Internet en auto-regularse, y ahí lleva toda la razón; pero eso es porque como muy acertadamente  también él mismo admite en otro momento, en Internet existe "la libertad de expresión pura, absoluta y sin ningún tipo de control", algo que en el periódico en el que él se expresa ni ocurre ni ocurrirá jamás, porque sus dueños nunca lo permiten ni lo permitirán.
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