Mucha gente odiará el Nuevo Orden Mundial y morirá protestando contra eso. (H.G. Wells 1939)

miércoles, 12 de mayo de 2010

Ricos hasta en la sopa


No deja de ser sospechoso además de inquietante y obsceno, al menos para mí, el creciente interés que tienen algunos medios por mostrarnos la vida, las casas y las vicisitudes de un  grupo de personas que, al contrario que la inmensa mayoría de la sociedad, ya sea por su suerte, por su  herencia genética o por su falta de escrúpulos, gozan de un estatus y de unos privilegios poco accesibles y a miles de años luz de distancia del resto de los mortales.

Y es curioso que esto suceda precisamente en momentos tan difíciles como los que estamos atravesando. Parece como si cuanto más se alejase la riqueza (¡adivinen ustedes a dónde va!) de manos de la gente normal, que para más inri suelen ser todos aquellos que la producen; más se nos quiere acercar y hasta meternos por los ojos si hace falta, a algunos de los que la poseen, como para hacerlos más humanos, y  -no sé - quizás para que sintamos una especie de sana envidia hacia ellos.

Lo que es a mí, y me consta que a muchos otros, de envidia nada, lo único que me despiertan este tipo de programas es una profunda nausea y la más absoluta repulsa hacia ellos y hacia los que los realizan, los que los producen y los que los emiten.

Pero claro, no van dirigidos a mí, ni a cualquiera que tenga un mínimo de sentido de la justicia social y de sensibilidad hacia los que sufren y mueren, los que viven con lo justo o los que no tienen nada; sino a todos esos que se sienten integrados en este sistema enfermo e injusto y simpatizan con este tipo de personajes o al menos, los justifican pensando ilusamente que comparten el mismo barco. Algunos piensan que con suerte llegarán a ser como ellos, otros intentan acercarse lo más posible, y la gran mayoría se pasa toda la vida intentándolo sin conseguirlo, pero pisoteando en el camino a todos los que se encuentran.

Y ese es el verdadero objetivo de estos programas: que nadie ponga en duda el sistema y que todo el mundo se deshaga en babas hasta el cerebro envidiando las mansiones, los coches y todos los lujos de estos derrochadores desvergonzados. Pura publicidad de ningún producto en concreto, pero la más efectiva, porque es al mismísimo sistema al que se publicita, a este sistema enfermo y nauseabundo que fomenta la competitividad, la barbarie y el todo vale, y que nos hace someternos sin rechistar y sin conmovernos siquiera, a todas las crueldades e injusticias que se cometan en su nombre.

Otra aspecto que me llama la atención de los personajes que aparecen en estos programas, es su insultante y manifiesta estulticia. Parece como si al realizar el casting correspondiente, los encargados de elaborar este tipo de contenidos pusieran mucho cuidado en seleccionarlos ya no sólo por su dinero, sino también por su escaso o inexistente cerebro, cualidad esta última que tampoco disimulan ni tienen el más mínimo pudor en mostrar ante la audiencia...¿serán actores?

Pero no nos equivoquemos, no todos son así, sólo los que aparecen en televisión, pues me consta que hay muchos otros que aunque no suelen aparecer mucho en ella y poco o nada en otros medios, si que sus palabras y hasta sus deseos son escuchados ampliamente en todo el mundo, y sus órdenes son inmediatamente  obedecidas sin ninguna discusión por todos, incluidos los gobiernos más poderosos del planeta. Y,¡ay de la persona o del país que se atreva a contradecirlas!

lunes, 10 de mayo de 2010

Todos a bailar, pero bien conjuntados

¿Quién dijo que los grandes medios de comunicación de masas no eran sensibles a la desigualdad y a la injusticia social? Sin duda, si no fuera a veces por ellos, todos viviríamos en un mundo mucho más injusto y hostil.

Es de agradecer que en estos tiempos difíciles que esta atravesando la sociedad española en general, y su juventud en particular, una cadena de televisión a la vanguardia del progresismo y las causas sociales como  La Sexta, se atreva finalmente a denunciar y amplificar como se merece uno de los problemas más serios y acuciantes que sufre nuestra juventud, y que aunque hace tiempo que es conocido por muchos, nadie hasta ahora se había atrevido a denunciar.

La iniciativa parte de un valeroso joven que ha colgado un vídeo en internet sacando por fin a la luz pública lo que tantos otros y durante tanto tiempo habían callado: la tiranía de los porteros de discoteca. Y es que miles de jóvenes se quedan sin bailar a diario por no saber vestir adecuadamente. Por ello La sexta no ha escatimado esfuerzos técnicos y humanos, echando mano incluso de sus expertos más entendidos y valiosos en la materia, y ha acudido veloz para ayudarlos en esta noble causa.

A partir de ahora, y aunque quedan muchas otras batallas por ganar en otros campos, se ha dado un paso importante en lo más esencial: ya nadie se quedará sin bailar, y además lo haremos todos por fin muy bien conjuntaditos.

Y todo gracias a este valiente joven y a esta gran cadena. No tengo suficientes palabras para expresarle a ambos mi agradecimiento.

jueves, 6 de mayo de 2010

Víctimas de nuestro propio miedo

Del miedo que nos inoculan todos los días y a todas horas. El miedo a ese enemigo etéreo y omnipresente que puede atacarnos en cualquier lugar y en cualquier momento a todos, sin distinción y sin miramientos. Ése miedo es tal, que el grito de un desequilibrado mental basta para desatar el pánico en una multitud y provocar más de treinta heridos como ha ocurrido hoy en Holanda.

Todos los días los políticos, la prensa y la televisión se encargan de hablarnos de ello. No se cansan de repetirnos a todas horas, que el terrorismo es  el mayor enemigo de la Humanidad, al que venceremos algún día si dedicamos toda nuestra atención y nuestro esfuerzo, y aunque tengamos que perder por el camino, muchos de nuestros derechos y libertades más elementales. Sin embargo, no parece que vaya a acabarse, más bien se multiplica, al igual que nuestro miedo que va creciendo cada día, y al que sí que estamos olvidando o subestimando. Puede que sea éste y no aquél del que tanto nos hablan, nuestro mayor enemigo. Puede que sea éste y nuestra estupidez, el que acabe al final por destruirnos a todos. O puede que incluso haya empezado ya a hacerlo y aún no nos hallamos dado cuenta.

lunes, 3 de mayo de 2010

Nadie es perfecto, pero tú me caes mejor, ¡mira por dónde!

Que  un país prospere y que disminuya la pobreza y la desigualdad entre sus habitantes siempre es algo deseable y digno de elogio para todos...
Bueno, para todos, todos, no. Para la sexta depende del país donde suceda el fenómeno. Supongo que tendrán dos varas de medir, y que utilizarán una u otra según lo permeables y serviles que sean los gobiernos y gobernantes de estos países ante los intereses económicos de los accionistas y anunciantes de su cadena.


Y es que esta noticia emitida  en uno de sus informativos, en la que todo son elogios y alabanzas al presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva y a los logros obtenidos bajo su gobierno, podrían utilizarla perfectamente e incluso con más razones para el presidente de Venezuela Hugo Chávez. Pero claro, o no pueden, o no les dejan o sencillamente no les da la gana.
 


El reportaje está, como de costumbre, cuidadísimo, sobre todo en la elección de las frases que dicen los encuestados:

"Muchas cosas han mejorado, es un presidente que sabe cuáles son las necesidades de la gente"

"No apoyo a Lula, apoyo el trabajo de Lula"

"Todos tienen sus defectos, él también, pero ha hecho muchos cambios"
¡Y digo yo!:

En Venezuela también han mejorado muchas cosas y tambien hay un presidente que sabe las necesidades de la gente.

Y en Venezuela también hay gente que apoya a Chávez por su trabajo.

Y por supuesto, en Venezuela también hay un presidente susceptible de tener  defectos como cualquier ser humano, ¡faltaría más!

¿Dónde está entonces la maldita diferencia?

¿Dónde va a estar?...donde siempre, aquí: €€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€€

Desciende la pobreza en Venezuela a pesar de la crisis

domingo, 2 de mayo de 2010

LA SOCIEDAD DE CONTROL

"Privacidad, propiedad intelectual y el futuro de la libertad. En los últimos años el mundo ha cambiado mucho, la tecnología digital abre nuevas posibilidades que van desde el modo en que nos organizamos socialmente hasta el modo en que nos informamos y nos comunicamos con las demás personas, pasando por las nuevas formas de ocio y de consumir nuestro tiempo libre.

Pero, aparejado a esas nuevas posibilidades, surgen nuevos peligros que amenazan nuestras libertades y derechos más básicos, uno de ellos el derecho a mantener nuestra privacidad. A menudo, desde el poder establecido se ha divulgado el mensaje de que la red es utilizada mayoritariamente para cometer actos delictivos, cuando en absoluto es así. La red no es más que el reflejo de las personas que la van construyendo, y esas personas son las mismas con quienes convivimos en otros ámbitos de nuestra vida. Así, en la red no hay más delincuentes ni personas dispuestas a delinquir que fuera de ella. No hay más daño dentro que fuera de la red. Sin embargo, los poderes políticos y economómicos temen a la red y la temen porque abre nuevas posibilidades sociales, de organización al margen de los hilos conductores de la sociedad durante los dos últimos siglos (partidos políticos y poder económico concentrado en muy pocas manos). Dicen que sus negocios sufren (y quizá sea cierto) con el advenimiento de internet. Unos y otros, políticos y oligopolistas del entretenimiento, se parapetan en la mal llamada propiedad intelectual para defender el levantamiento de muros, vallas y barricadas que nos impidan usar la red libremente.

Y lo hacen aún a sabiendas de que para conseguirlo tendrán que recortar nuestros derechos y libertades más fundamentales (la libertad de expresión e información, la libertad de comunicación con otras personas y el intercambio de información con las mismas). Es ahí donde comienza a jugarse el futuro de la libertad, nuestra libertad, asediada por grupos de poder que ven en los cambios que internet podría introducir en nuestras vidas una amenaza. Muchas de estas leyes para recortar nuestros derechos ya están en vigor (endurecimiento de las leyes de propiedad intelectual, leyes de retención de datos, nuevas leyes antiterroristas desarrolladas en el marco de la «guerra contra el terror») y otras están por venir. Unas y otras, sin duda, seguirán endureciéndose en tanto la sociedad no ofrezca desde las calles un rechazo fuerte a las mismas. La sociedad digital ha traído unas posibilidades democratizadoras como nunca antes se habían conocido, pero un mal uso de las nuevas tecnologías (que otorgue demasiado control a un reducido número de personas) desembocaría en la creación de una terrorífica distopía que, si no estamos diestros, será difícil evitar: la sociedad de control."
Este libro ha sido escrito por Jose F. Alcántara, quien hace entrega de él al Dominio Público. Puedes, sin permiso previo del autor, copiarlo en cualquier formato o medio, reproducir parcial o totalmente sus contenidos, vender las copias, utilizar los contenidos para realizar una obra derivada y en general hacer todo aquello que podrías hacer con una obra de un autor que ha pasado al dominio público.


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